Un día después del Oscar 2023.
Una vez más, los premios de la Academia y la entrega de las estatuillas Oscar fueron decepcionantes. En las categorías de mayor peso, que son justamente las que se anuncian al final del evento (de duración en promedio entre dos a tres horas con bastante relleno y pausas publicitarias), entre ellas las de mejor director, actor, actriz y película, se percibió que el buen criterio y gusto cayeron presas de una cacosmia general entre los que honraron la calificación final para el ganador, ganadora o ganadores.
El cine siempre se ha considerado el séptimo arte. Pero lo ocurrido con la entrega de los premios Oscar del 2023 ya peca con exceso de ningunear el arte y primar por lo más rentable, lo chabacano y lo ridículo. Se sabe que estos premios son los más reñidos y disputados, por tener un alcance mundial de renombre y que permitirá a la película en cuestión, en obtener una mayor popularidad si es nominada, y por excelencia, si gana una de las cotizadas estatuillas.
A diferencia de otros festivales (Cannes, Venecia), éstos si se preocupan en premiar en favor de la calidad artística, dejar asentada la base que sí se trata de una película para verse por tener un respaldo acreditado.
Aún revisando la lista de películas nominadas para los premios Óscar 2023, a ojo de buen cinemero sacas títulos que sí o sí, bajo una óptica personal con criterio y buen gusto, debieran ganar por su calidad. Esta vez se han preocupado de premiar a los que ni debieron estar ahí desde un principio. Incluso han hecho que gane varias estatuillas una película malísima que por su guión y argumento, ni se sostenía ni debió ser nominado desde un principio.
Veo a la par una lista de películas que no llegaron a ser nominadas pero sí estrenadas a lo largo del 2023. Varias de ellas, por sí solas, entraban a ganar fuera en la categoría que les correspondiera. Pero ya se sabe que lo netamente comercial no concilia con el arte, de modo que en estos años los premios Óscar cada vez han estado en picada debido a lo absurdo de sus premiaciones.
No entraron a ninguna nominación las siguientes: The Northman, Pearl, X, Nope, Moloch, Crimes of the future, Good luck to you Leo, The Menu, entre varias olvidadas o dejadas de lado.
Caso curioso ocurrió con Babylon: es una película tremenda que narra la transición de las películas mudas a las sonoras. Entre sus escenas, retrata varios acontecimientos basados en hechos reales en torno al incipiente negocio del cine en Hollywood, actores que quedaron en el olvido y toda la maquinaria en sus pañales. Apenas si logró ser nominada en categorías menores como vestuario y banda sonora. No ha sido del agrado de la propia industria de Hollywood que una película de esa naturaleza, vomite en su cara lo que fue esa historia llena de manchas negras y oscuras, con escenas subidas de tono pero acorde a lo que se retrataba. Como era lógico, en ninguna de estas nominaciones ganó premio alguno.
No hablaré de la película “ganadora”. Sobre ella la pueden encontrar en cualquier publicación de las redes sociales que estarán alabándola los mediocres y faltos del buen gusto cinemero por varios días, capaces de tirar hate al que diga lo contrario o califique de malísima aquella película ganadora.
¿Pudo ser mejor la entrega de este año? Sí, aunque desde hace tiempo están en franca caída tanto en la calidad de sus nominaciones, como en la conducción de la ceremonia misma. No se entiende qué quiso hacer el presentador ocasional Jimmy Kimmel al preguntar por un hecho nimio a la ganadora del premio nobel por la paz, Malala Yousafzai, que se encontraba ahí de invitada y como productora de un cortometraje documental el cual estaba compitiendo en su respectiva categoría. Su respuesta fue mesurada y elegante ante aquella pregunta ridícula. Así las cosas, cada año los premios de la Academia se esmeran en ser más miserables. Ya no guardan la compostura de hace años cuando eran respetados. Han perdido su valor.
Cinemero gruñón.